domingo, 18 de enero de 2009

Dibujando a lápiz

El solo se sienta a dibujar. Coge el lápiz color avispa, la goma de borrar autografiada de símbolos, el sacapuntas relleno de hollín y los folios. Los extiende sobre las cicatrices y hendiduras su mesa mientras intenta conjurar una idea, se siente como si cerrarse la puerta de su pequeña casa de madera. En ese taller lleno de virutas gomosas el tiempo parece diluirse o carecer de significado para su jovencísimo cerebro, y de esa sensación de tranquilidad nace su total abstracción.
Vuelve a borrarla, vuelve a mirar la foto, y vuelve a trazar la línea muy despacio absorto en el sendero que abre el grafito. Horas trabajando en ella hasta dar con la curva exacta, con la inclinación adecuada, con el gesto o la mirada precisa.
Sujeta la roída astilla rotando el sacapuntas hasta dejar afilada la negra punta. Piensa en que suele ser muy difícil captar bien una mirada o el cuerpo humano en general, y en como suelen resistírsele las manos y la cara en particular. Incluso en algunos casos hasta hacerle desesperar, arrugar la raspada hoja, lanzarla a la papelera y seguir con otra cosa.
Pero si en su cabeza esta claro ese dibujo o esa forma o esa curva por salir, sobre el folio habrá de estarlo, al menos de forma bastante aproximada. Esta es la satisfacción a la que aspira, que la imagen en escala de grises sea lo suficientemente similar como para estar satisfecho con su copia.
Frota la mina en diagonal sobre un papel hasta que se puede pinchar el dedo. Ahora que la imagen es real, quizá más real que nunca, le es imposible atrapar la viveza de unos ojos. Ya sea de algo visto en un cómic, una revista o una pantalla, ya sea imaginado, o una fusión de ambas; concede a la creatividad la importancia de una maquina de análisis y mezcla de imágenes.
Borra arañando capas de celulosa, con la que se siente mas a gusto que con el brillante papel fotográfico que lo desafía, y sigue en su pequeño rincón olvidado del tiempo, inmerso en las imágenes, en las mezclas,
y en las copias de las copias…

martes, 9 de diciembre de 2008

Herbert George Wells "La Guerra de los Mundos"

"Es posible, en los amplios designios del Universo, que no deje al fin de beneficiarnos la invasión marciana; se nos ha arrancado esa confianza tranquila en el porvenir que es la fuente más segura de degeneración; deben las ciencias a estos sucesos inapreciables dones y han contribuido considerablemente la progreso de la solidaridad entre los hombres."

domingo, 30 de noviembre de 2008

"Haz de luz"

Fue la primera vez que vi la magia, esa magia antigua y misteriosa que emana de lo más profundo de un ser, una mujer, en este caso. Con los años he aprendido a verla en otras mujeres, no se si los hombres somos capaces de alcanzar a transmitir esa intensidad luminosa.
No se de donde procede. Pero la imagino como un haz de luz concentrada, un haz láser verde, amarillo, o rojo según sean las intenciones, que es capaz del amor más elevado y del odio más asesino.
Esta vendría a ser la confesión que firme cuando me atravesaron con el láser:

Conectamos. No se a cuantos niveles se puede llegar a conectar con otra persona. Supongo que están los más básicos, los más úsales, y otros que quedan por encima y por debajo. Entre estos últimos yo diría que hay tres o cuatro niveles muy singulares por su complejidad. Algo paso en uno de esos la primera vez que nos miramos a los ojos.
Aun a unos metros de distancia, nos reconocimos, de alguna extraña forma fue como:-¡Ah!, eres tú-. Durante la larga y compartida mirada.
Las miradas pueden ser vistas según sea la parte, en tu propio drama, quiero decir. Malinterpretadas también, y estoy de acuerdo; pero cuando el conocimiento mutuo rebasa ciertos limites de complicidad acabas viendo demasiadas similitudes. Demasiado natural para que alguien no este ocultando algo.

Compartimos. Quizás lo más maravilloso que puede hacer un ser humano. Así, una vez conectados, decidimos hacernos compañía. Yo quería hacerle algo más que compañía, y así fue como expuse mi inocente y valiente pecho al filo del haz láser. Aunque ella ya tenia quien le hiciera algo más; bienvenido al cajón de los amigos. En parte lo veo así por culpa de otra amiga, que me explicaba como tenia ordenados sus afectos en la cabeza, usando esa metáfora mientras trazaba líneas sobre la mesa de una cafetería.
Cafeterías, parques, coches, portales, habitaciones, baños, puede ocurrir en cualquier lado. A veces da miedo lo que eres capaz de llegar ha hacer cuando alguien da un vuelco a tu vida. Los poetas dicen que puedes volar, una chica muy lista me contó que en alguna ocasión, durante el sexo con amor, había llegado a sentirse, por un momento; eterna. También me dijo que todavía no había llegado a enamorarme de verdad. Le conteste alegando las heridas provocadas por el haz láser, y los años subsiguientes de rehabilitación. Añadiendo, si no recuerdo mal, que iba a ser explosivo cuando la encontrara, y que si me acababa dejando me suicidaría. Prometió cuidar de mí, si se llegara a dar el caso.
Puede que la cantidad de entrega a la que puede llegar quien esta verdaderamente convencido de que esta enamorado sea incuantificable. Reescribes la canción más triste y sentida de algún cantautor, o “Corazón, coraza” de Mario Benedetti, y los firmas como propios. Quizá la SGAE podría cuantificarla en derechos de autor. No es que estés en plan moñas todo el rato, ni sonriendo con la boca abierta. En cambio te sientes distinto, ves las cosas bajo un filtro nuevo (de alta definición), como si le subes el brillo y la nitidez a tu TV.

Valor. Sientes valor, te crees capaz de todo, aunque pienses que es fruto de la edad (adolescente), conservo un nítido recuerdo de los planteamientos que rondaban por mi cabeza tras aquella noche de acercarnos muy poco a poco, desafiantes miradas a ras de colchón, hasta besarnos.
Tal vez, cuando hablan del valor para asumir tu destino, se refieren a esa clase de fuerza. Para creer en algo, o en alguien, y vivir por esa creencia. En un romanticismo a lo Barricada seria que “cuando se aprende a llorar por algo, también se aprende a defenderlo”. Irresponsable y osado joven- me dirás. Pero que serias capaz de hacer, para conservar a esa persona, ¿hasta donde llegarías tú?. Te has llegado a preguntar que clase de cosas podrías asumir, acostumbrarte a vivir con ello como si también estuvieses de acuerdo.

Orgullo. Suena mal de primeras, por lo menos a mí me vienen a la mente: soberbia, prepotencia, arrogancia,…, pero era más una autoafirmación del carácter a muy tempranas edades. Llámalo confianza en ti mismo si te suena mejor. Un psicólogo nos diagnosticaría dominantes. Nos gustaba discutir, suave y encendido, exprimiéndonos las neuronas para agitar las pasiones. ¿Cuánta fuerza da el acuerdo?, para mi, tanta como el desacuerdo combinado con el obcecado espíritu de conocer a fondo (abisal) a esa persona. Yo quise darlo todo, sentirlo, verlo, comprenderlo y pude ver parte de lo más profundo que llevaba dentro de si. Y al final, vi esa magia ancestral que la hacia única; no porque yo la amara, no porque ella la eligiera, sino porque estaba ahí. En lo mas hondo de su psique, cuando piensas que ya no hay nada más que ver pero sigues insistiendo; ves esa luz. Ese haz láser capaz de redimirte o de matarte.

Sigo vivo. Doy gracias por ello, y por esa confirmación, esa identidad interior reconocida y autoreflejada. ¿Quién te conoce de antes?, sí, de antes de conocerte, que en esos niveles tan inusuales parece como estuviera de acuerdo contigo de siempre.
Te parecerá que pasa a menudo, pero en otros estratos; no te hablo de los secretos que compartes con escogidos amigos y amigas.
Te hablo de algo que no compartirías.
Te hablo de tu intimidad.
Te hablo de aquello que reservas para tus instantes de pensamientos más solitarios.
¿Quieres saber de que te hablo?
Te hablo de mentiras.

martes, 18 de noviembre de 2008

"Para calmar las ansias de lo lejano y lo futuro, ocúpate aquí y ahora, usando tus aptitudes." Goethe

"Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado." Juan Ramón Jiménez.

Raymond Chandler-"El Sueño Eterno"(2)

Bajo la niebla, las olas se curvaban y formaban espuma casi sin ruido, como un pensamiento tratando de aflorar al borde de la conciencia.

Chuck Palahniuk-"Fantasmas"(2)

Que en el mundo tenemos dolor y odio y amor y placer porque es lo que queremos. Y que queremos que todo el drama nos prepare para la prueba que será afrontar algún día la muerte.



" Die reinste Freude ist die Schodenfreude". Nuestra placer más puro viene del dolor de la gente a la que envidiamos.